sábado, 10 de enero de 2015

Infantilada Azteca

Fotos: Nicolás Benavides

Por: Nicolás Benavides / Bachillerato

La victoria de América en el Estadio Azteca frente a León, 3 por 2, deja un buen sabor de boca y hace creer que las águilas seguirán siendo un equipo fuerte y capaz de lograr sus objetivos. En el terreno de juego todo fue alegría  y emoción pero fuera del Coloso de Santa Úrsula, muchos aficionados molestos discutieron con la policía; algunos llegaron a los golpes y otros más tuvieron que abandonar el recinto por protestar y solicitar el ingreso de sus familiares.

A lo largo de la semana, la directiva americanista informó que por la compra de un boleto, éste daba acceso a un niño; lo anterior, con la finalidad de apoyar al conjunto azulcrema en su inicio de torneo. A las 17:00 se dio el pitazo inicial en el césped local, misma hora en la que muchos fanáticos reclamaban en las puertas, con sus niños a un lado, porque no los dejaban pasar.

¿Qué sucedió entonces? La gente entendió la información a su manera, creyeron que por un boleto tenían derecho a ingresar a más de un niño y al enterarse de que solo era un menor el permitido, el enojo no se hizo esperar y el caos en la entrada fue total. De acuerdo a ciertos aficionados, la promoción emitida a lo largo de la semana tuvo ‘lagunas’ en su difusión, situación que provocó que la gente interpretara a su modo la mecánica de ingreso y, por consiguiente, quisiera aprovechar la oportunidad para entrar con toda su familia.

 Otro factor que generó desorden en el Azteca fue la organización inadecuada: muchas filas de acceso, gente de izquierda a derecha y viceversa buscando un lugar, vendedores y revendedores estorbaron todo el tiempo y la policía montada solo amenazaba desde sus caballos sin medir el peligro que estos animales pudieron haber causado en caso de atacar a un individuo.



Sandra Montes y su esposo acudieron con sus tres hijos. Ambos compraron boletos para adulto y al llegar a la entrada les dijeron que los menores no podían pasar: “Ayer hice la compra de mis boletos y me dijeron que a los niños los  dejaban pasar en la entrada, no fue así y cada vez que exigía, la gente por desesperación y los guardias me sacaban de la fila”.

Casi sobre la hora de partido, Emilio Fuentes salió del estadio porque con un boleto solo pudo ingresar a su hijo y no a su esposa, quien llegó después: “Ya estaba dentro y me salí porque pensé  que al presentar el boleto iba a ingresar mi familia, no sé  si escuché mal o dieron la información incompleta pero ya nos vamos y obviamente el dinero ya  se queda aquí”.

Juan Solórzano cree que sus cuatro hijos no pudieron ingresar con su boleto debido a que los organizadores de la promoción no midieron el número de asistentes con niños y los perjudicados fueron los que llegaron después: “Solo porque llegué a las cinco no me dejaron pasar”. Cuando se le informó que la promoción era un adulto y un menor, respondió: “Yo escuché otra cosa y no dependen de mí las payasadas de este lugar”, dijo.
La falta de información y la astucia de algunos hinchas terminaron en discusiones que concluyeron luego de que los aficionados se dieron cuenta que no había vuelta atrás. Mucha gente perdió su dinero y se quedaron con el boleto, para el recuerdo. Otras personas, por el contrario, no alcanzaron a comprar su entrada ya que la taquilla cerró ventas a las 16:30.