martes, 10 de febrero de 2015

Genio y figura: Marcelo Bielsa


Por: Paulina Grajeda / Licenciatura

Lo apodan ‘Loco’, lo admiran, le temen, le aprenden a cada momento. Marcelo Bielsa ha dejado legado en el futbol argentino, pero, sobre todo, en las personas que han cruzado por su camino. 

Desde pequeño fue único. En su familia, la mayoría fungían como abogados; él optó por dedicar su vida al futbol. Callado y tímido a corta edad, exigente y observador a sus 59 años, sigue siendo fanático de los ‘chupetines’, dulces en forma de paleta, que desde que inició como estratega de las fuerzas básicas del Newell’s comía.

Para él, el deporte de la de gajos es que "éramos todos muy amigos, nos gustaba jugar juntos, la pasábamos bien reunidos, intentábamos hacerlo lo mejor posible, atacar mucho y luego recuperarla con la ilusión de volver a atacar y esperábamos la compañía de la suerte”. El futbol es su vida; analizarlo y estudiarlo sus pasiones. 
Para el estratega, subir al colectivo en España era de lo más normal, pues de esta forma tenía acercamiento con la afición del Athletic de Bilbao, club al que dirigió en el 2011 y con el que fue subcampeón de la Europa League y Copa del Rey, siendo estos dos momentos los que marcaron su carrera por la forma en que se perdieron ambos partidos.

“Movilizar un pueblo, decepcionarlo y no estar a la altura de las ilusiones que se generaron”, dijo el timonel en charla posterior a ambos cotejos. Para él no hay algo más lastimoso que no partirse el alma en la cancha.
Sus charlas pre y post partidos parecen estar escritas desde hace tiempo; sin embargo, él opta por decir las cosas como las piensa en el momento exacto. Gusta de usar las palabras para concientizar a sus jugadores, para pulirlos, para evitar que pierdan el piso, para que se ubiquen en su realidad. El humanismo de Marcelo se mide por la cantidad y la calidad de frases que puede emitirle a la gente.

En un bosque llamado Máximo Paz, ubicado en Argentina, el timonel gustaba de pasar rato a solas, charlando con viejos amigos campesinos, así como con personas de su mundo, del futbolero. Pep Guardiola es uno de los pocos que han sido invitados por el ‘Loco’ a este lugar. Charlaron por 11 horas sobre futbol y cine, otra de las pasiones de Bielsa.

Le gusta correr entre los arbustos, disfrutar el olor a hierba, respirar aire fresco, pero, sobre todo, de hacer obras de caridad de forma confidencial; jamás ha sido fanático de los reflectores, su verdadera vocación es crear elementos de calidad, trabajar con ellos y, de la mano, construir cimientos para tener un equipo digno de él, del ‘Loco’, del maestro, del observador, del amigo, del esposo, del humano… de Marcelo Bielsa.