martes, 21 de octubre de 2014

Crónica de un descenso anunciado: cimientos corrompidos


Por: José Arturo Lira / Bachillerato


Los problemas en Chivas no sólo están en el terreno de juego sino también en los manejos internos del club, mismos que han desatado la actual decadencia futbolística, sin embargo no es la primera vez que se maneja al equipo erróneamente. 
La Promotora Deportiva Guadalajara, aquella que dirigía Salvador Martínez Garza y que comandó al rebaño durante nueve años, acabó desmantelando al conjunto, antes de regresarles la administración a los socios. La historia de la institución relata que Edgar Everaert y los hermanos Rafael y Gregorio Orozco fundaron los cimientos de un equipo de futbol que se identificó con los colores rojo-blanco-azul, desde su formación.
Aquella mala administración de la Promotora, logró apenas un título en su estancia como dueña del equipo, igual que el actual propietario, también obtuvo un subcampeonato en el Invierno 98.
Chivas es un claro ejemplo que no todo es dinero en el balompié, hasta tiene uno de los estadios más innovadores de Latinoamérica. Su dueño convirtió un consorcio sin aspecto, en su marca y su producto, uno de los principales errores cometidos en este negocio. 
Jorge Vergara adquirió las acciones de la Institución, lo cual forjó otra ideología para mantener al club en la elite y así tomar las decisiones dentro del plantel. Las intenciones de Vergara eran buenas en un principio, pero se han perdido en el transcurso de los años.
El caso es que la crisis deportiva que atraviesa el chiverío, suma 14 juegos oficiales sin ganar; no solo ha dejado sin coartada la postura de contratar refuerzos de calidad, sino que se ha especializado en vender a los mejores futbolistas que surgen de sus fuerzas básicas, y contrata a entrenadores de dudosa o nula reputación.