lunes, 4 de agosto de 2014

Una oreja en la tercera novillada

Fotos: Alejandro Fernández / Licenciatura

Por: Alejandro Fernández / Licenciatura


La tercera novillada terminó con una sola triunfadora, bajada por los ángeles al ruedo de la Plaza de toros México: Karla de Los Ángeles demostró una gran técnica a la hora de lidiar a los ejemplares de la ganadería de De Haro, de Antonio de Haro González, al cortar una oreja, para ser la triunfadora de la tarde.
La primera y única oreja de la tarde fue para Karla De los Ángeles, que enfrentó un novillo de 380 kilogramos llamado Referente, de color azabache y cornamenta bien armada. La nacida en Puebla, recibió a la bestia de rodillas, cuidando de ella un ángel de la guarda, para que pasara la capa por arriba del hombro y mandando al novillo a los tercios para que los picadores hicieran su trabajo.
Para el último tercio de la faena, Karla se arrimó bastante al torillo, haciendo un extraordinario trabajo con la muleta, toreó a redondo, con pases de pecho y al natural, lo cual sacó muchos ‘oles’ de los espectadores. 
Miguel de Pablo Hernán no tuvo buena suerte con el primer novillo de la tarde, de nombre Celisco, que con el capote lo recibió con medias verónicas y pases largos. En las banderillas tuvieron complicaciones al momento de colocarlas, dejando solamente dos pares, en vez de tres. Para la lidia con la muleta, al diestro español  le costó mucho trabajo.
A Sergio Garza Casas, le tocó torear a Con Hache, novillo que no le pudo sacar mucho provecho desde la lidia con el capote. Siguieron los picadores, y los comentarios de los sabios de la tauromaquia eran que al animal lo habían picado de más. Con las banderillas, el regiomontano colocó los tres pares y puso un par al violín. Al llegar con la muleta el matador Garza, no encontró el lado para torear al novillo.
El cuarto de la tarde, Etcétera, pasó sin pena ni gloria para el torero madrileño, quien recibió al becerro de rodillas y después con zapopinas. 
La segunda faena de Karla, no acabó en desgracia porque el supremo no quiso, pero el torillo llamado Ermitaño, levantó en el último tercio a la poblana quien solamente se llevó un piquete en el muslo.

Y el último de la tarde, fue para Garza Casas, quien brindó el trono a una mujer del público. La bestia salió brava como en su mayoría. El novillo, levantó al matador regio, dejándolo en el piso, para que entrara su cuadrilla con los capotes a quitar al animal, sin nada que lamentar para el novillero.