Por: Paulina Grajeda / Licenciatura
Intensidad, pasión, anotaciones, Cuauhtémoc Blanco. Esas palabras fueron claves durante el cotejo entre Puebla y Santos en el que la escuadra local empató a tres gracias a una gran actuación del 10 camotero.
El cuadro de la Comarca Lagunera estaba obligado a sacar la tercia de unidades del estadio Cuauhtémoc y comenzó a forjar la ilusión al 15’ cuando Juan Pablo Romero abrió el marcador desde los 11 pasos, con un soberbio disparo al centro de la portería.
Todo acrecentó al 33’ cuando Alfredo Frausto salió para despejar el balón, pero Andrés Rentería buscó presionar y lo consiguió; sólo llegó a empujar la redonda.
Pero la suerte de los locales cambió en la parte complementaria cuando Cuauhtémoc Blanco ingresó al terreno de juego; todo fue diferente, se vio a una Franja intensa, apasionada, lista para dar lo mejor.
Fue al 50' cuando Wilberto Cosme entró por el centro del área para empujar la redonda. Apenas nueve minutos después, Blanco cobró un tiro libre muy a su estilo: retrasándose, marcando el paso en corto, corriendo para conectar con la redonda y pegarla al palo izquierdo. Así se empató la pizarra.
La intensidad del cotejo se acrecentó conforme los minutos pasaron y al 82', la suerte le sonrió a los visitantes cuando Carlos Izquierdoz mandó al fondo el esférico y le dio la ventaja de nuevo a Santos y, así, la clasificación parcial a la liguilla.
Todo cambió al minuto 93 cuando en la que parecía ser la última jugada del cotejo, Mauro Cejas cometió mano; la pena máxima se decretó y, otra vez, Cuauhtémoc Blanco hizo de las suyas. No se dejó intimidar; puso el balón en el césped y lo mandó al fondo, dándole así, el empate al Puebla y la agonía a Santos, que necesitará esperar diversas combinaciones para entrar a la Fiesta Grande del Apertura 2014.
